sábado, 24 de marzo de 2018

Dos semanitas en Italia: Roma de leyenda I

A la hora de indagar sobre el origen de las ciudades suele haber dos situaciones bien diferenciadas. O bien se sabe día y hora de la fundación, nombre y apellido del fundador (o fundadora) y se cuenta con una serie de datos relativamente fidedignos. O bien carecemos de datos exactos y debemos hacer caso de historias fantásticas que involucran seres míticos y divinidades como si fueran lo más normal del mundo. El primero es el caso de muchas de las ciudades coloniales americanas. Sobra decir que Roma está, claramente, en el segundo grupo.
Para la época de Julio César ya estaba claro que Roma no era una ciudad del montón. Desde sus orígenes casi olvidados allá en el siglo VIII a.C. hasta el siglo I a.C. la ciudad había crecido y ampliado su poder e influencia. Y claro, necesitaba una fundación acorde. Sí, ya sé, la ciudad ya había sido fundada. Pero la ventaja de la literatura y las leyendas es que pueden fundar ciudades retroactivamente. Así las cosas, el poeta Virgilio se dedicó a darle a Roma un origen digno de una ciudad que conquistó el mundo Mediterráneo.
Si le hacemos caso a Virgilio tenemos que remontarnos unos cuántos miles de años. Todo comenzó algún tiempo atrás en la isla del sol en la mismísima guerra de Troya. Tras diez años de combates, peleas y escenas de celos, los griegos parecen reconocer su derrota y abandonan Troya, dejando como obsequio el famoso caballo (de Troya). Hasta acá, todo bien. En Troya todos se felicitan por haber soportado el asedio griego y deciden contra todo buen sentido, entrar el caballo, que claro, es muy grande y no pasa por la puerta, así que derriban parte de las murallas.
Aparentemente hay dos personas a las que el caballito de madera les huele a pescado podrido. Una es Casandra, una de las hijas del rey de Troya que posee el don de la adivinación. Es sabido que, entre otras cosas, los dioses griegos son también bastante jodidos complicados y actúan de modo misterioso. Y si te dan algo con una mano, lo más probable es que te lo quiten con la otra. Casandra recibió el don de la adivinación y como todo se paga, a cambio los dioses decidieron que nadie le creería. Y sí, saber cuesta. En el caso de Casandra, digamos que bastante caro.
El otro personaje que detectó un cierto tufillo en el asunto del caballo es Eneas, un príncipe guerrero que estaba casado con otra de las hijas del rey de Troya. Es sabido que en Troya no había ni tele ni mate, razón por la cuál abundaban los príncipes y princesas. En fin, Eneas es valiente, previsor, testarudo y aguerrido. Por supuesto, como es el héroe de la Eneida, obviamente, debe salvarse. De hecho, mientras sus compatriotas comienzan a celebrar el fin de la guerra, Eneas decide tomarse el buque realizar una salida digna. Toma a su hijo Iolus/Ascanio (de quien Julio César decía descender), a su esposa y a su padre y se dispone a abandonar la ciudad. Claro que para entonces ya es evidente que lo del caballo es una trampa. La ciudad entera se ve rápidamente invadida por cientos de soldados griegos que se abalanzan sobre los troyanos semiborrachos y se dedican al saqueo y demás bondades de las campañas militares de ayer (y de hoy). Como Eneas es un héroe, sale de Troya empuñando su espada, abriéndose paso entre las hordas de soldados griegos, con su padre a acuestas y su hijo a rastras. Imaginarán que hay un pero. Ya sea por negligencia o por falta de manos, en el camino se le pierde la esposa. Mala suerte, ya habrá tiempo de buscar otra.
Para no ser menos que Ulises, que tardó veinte años en regresar a su casa (10 en la guerra y 10 más en el viaje de vuelta), Eneas, su padre y su hijo tardaron treinta años en establecerse en algún lugar. Luego de mil y una aventuras llegan a Italia, donde se afincan entre distintas tribus de latinos. Eneas se casa con la hija del rey de los latinos que se llama, sorpresa, Latino. Sí, sí, muy autoexplicativo, hay que reconocerlo. “Hola, Soy Latino, rey de los latinos”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué se decía antes de Virgilio sobre la fundación u origen de Roma?

Historia de Segundo año dijo...

Mmm... Es un buen punto, la verdad, no tengo ni idea. Habrá que ponerse a investigar un poco...

Historia de Segundo año dijo...

Bondades de viajar en micro con wi-fi y sin mucho que hacer... Aparentemente Virgilio no hizo más que armonizar y enriquecer varias leyendas que circulaban en su época. Alguna señalaban que Eneas mismo había fundado la ciudad y otras que Rómulo sería su nieto. En otras versiones son los hijos (o nietos) de Ulises quienes fundan Roma y hasta un hijo de Saturno. La cuestión de la loba amamantadora aparece en muchas versiones, como así también la relación con la guerra de Troya (de ambos bandos) y con Latino, rey de la latinos.