lunes, 30 de enero de 2017

Yapa de Budpest: el castillo Vajdahunyad

En 1896 el reino de Hungría cumplió mil años. Más allá de cantar el cumpleaños feliz, en todo el país se llevaron a cabo una serie de obras tendientes a conmemorar semejante aniversario. En otras tantísimas cosas, en el parque de la ciudad de Budapest se llevó adelante la construcción del castillo Vajdahunyad, una suerte de copia del castillo transilvano de Hunyad que combina elementos góticos, románicos y renacentistas. 
Si se están preguntando si Transilvania no está en Rumania y si de ahí no viene Drácula, pues sí, la respuesta es afirmativa a ambas preguntas. Pero... (cuando no) el que Transilvania se encuentre en la actual Rumania no significa que no haya formado parte de la Hungría histórica.
De hecho, la corona de San Esteban, como se llama a los territorios del reino de Hungría, incluyó por mil años esta región. Así las cosas, Transilvania se integró a Rumania recién con el final de la primera guerra mundial.
Volviendo a Budapest, frente al castillo Vajdahunyad también se recreó una capilla románica. Se ve que les había sobrado un espacio y bueno, apareció una candidata para ocuparlo.
Muy cerquita también se construyó el edificio del que en su día fue el ministerio de agricultura. Actualmente funciona -muy a pesar de su apariencia- como museo húngaro de los campesinos.  

sábado, 28 de enero de 2017

Yapa parisina: La torre Eiffel

Si hay que pensar en un cliché, el del parisino con camiseta, boina negra, tiradores, una baguette bajo el brazo y la torre Eiffel de fondo debe de ser uno de los más trillados. Y es que la torre es, desde 1889, uno de los mayores –literal y figuradamente- símbolos de la ciudad.
Construida para el centenario de la revolución francesa y la exposición universal, la torre debía ser un hito de la ingeniera, una muestra del ingenio y la capacidad industrial del país. En su día fue el edificio más alto jamás construido, hasta que la torre Chrysler de Nueva York la destronó.
La torre debía montarse para la exposición universal y, luego de un plazo de veinte años, desmantelarse. Sí, sí. Al principio nadie pensó en conservarla. Y no sólo eso. Si hasta la pavada más pequeña causa controversia, una estructura inmensa de 324 metros de altura podía armar una controversia de un tamaño … considerable. Claro, si se la veía de todos lados. La construcción logró lo que pocos, unir a artistas, arquitectos y escritores… en contra.
A la larga, el gobierno le empezó a encontrar provecho. Gracias a su altura, la torre resultó bastante útil para emitir y recibir ondas de radio. También se instaló una estación metereológica y más tarde otros laboratorios. También parisinos y parisinas empezaron a encontrarle su encanto y para cuando llegó la hora de desmantelarla, el club de fans de la torre había aumentado lo suficiente como para que conservarla no pareciera una idea descabellada. Y allí se quedo.  

jueves, 26 de enero de 2017

Manual básico de supervivencia turística

Letra F

Fahrkarte
Boleto o pasaje en alemán. Véase Boletos.

Feriados
Si te compraste el cuento de que en Argentina hay (o había) demasiados feriados, andá olvidándotelo. Es cierto que en muchos países europeos no existen feriados como el día de la bandera, el de la escarapela o el de la soberanía. Per eso no significa que no tengan otros como el día de la Reforma, Pentecostés, el día del Perdón, el día de todos los santos, la ascensión de Jesús, etcétera, etcétera. Y ni hablar de los días posteriores. ¿De qué hablo? El 25 de diciembre es feriado, bueno, el 26, también. El primero de enero es feriado, el dos, también. Obviamente, durante los días feriados cierra todo lo que cerraría un domingo. En Alemania eso significa casi todo (Véase Domingo). Lo bueno es que salvo el 1 de mayo, Navidad y Año nuevo, los museos y castillos abren de todos modos. 

Flamenco
En América, ave rosada, de hábitos migratorios, cuello largo que se posa, normalmente en una de sus patas. En Europa, estilo de música y baile típico español del sur del país y -sin relación alguna con las acepciones anteriores- grupo étnico, cultural y lingüístico mayoritario de Bélgica. Cuando las Provincias Unidas (Holanda, para la gente de a pie) obtuvo su independencia, una parte de lo que habían sido los Países Bajos (Flandes), quedó bajo la órbita de los Habsburgo. Pronto el neerlandés de Holanda comenzó a diferenciarse del de Flandes. Así las cosas comenzó a usarse la palabra vlaams referirse a las gárgaras habladas el dialecto de Flandes. Y por falta de ideas o por lo que fuere, los españoles tradujeron la palabra como flamenco.

Florines/Florint
Dinero oficial y de curso legal en Hungría. Sí, Hungría está en la Unión Europea pero aún conserva su dinero. Nunca compres florines en la calle. Y si querés vender los que te sobraron después de visitar el país, evitá coleccionar monedas. Los bancos sólo te cambian los billetes.

Formule (Menu turistique)
Panacea del turista gasolero que busca almorzar o cenar en París sin pagar una millonada. En general cuestan entre 10 y 15 euros y ofrecen tres platos: entrada, plato principal y postre. Para una ciudad como París, comer en tres pasos por diez euros es una ganga. El menu turistique siempre incluye como mínimo cinco o seis opciones de cada plato, aunque en todos los bistrós las opciones son más o menos las mismas. Como para hacerlo completo, el menu turistique puede acompañarse con una garrafe d’eau, que no es ni más ni menos que una botella de agua de la canilla (y que, por lo tanto, no se cobra).

Fronteras
Dícese del límite que separa un estado nacional de otro. En el caso de los países miembros de la Unión Europea solían ser, hasta la crisis de refugiados y los últimos atentados terroristas, bastante simples de cruzar. En la actualidad su traspaso está sujeto a cierta discrecionalidad de la policía local y el gobierno. Puede que te pidan pasaporte al salir y entrar o puede que nada de eso ocurra y cruces tres fronteras nacionales en un día sin hacer el más mínimo control. Por las dudas, aún en las excursiones de un día, si vas a acercarte a una frontera, mejor llevá el pasaporte. Definitivamente vas a querer evitar discusiones con el chofer del colectivo (a veces no te dejan subir a viajes internacionales sin mostrar el pasaporte) y más aún con la policía, especialmente si es la de un país cuyo idioma ignorás por completo.

Letra G

Garrafe d’eau
En francés, literalmente, botella de agua. Normalmente agua de la canilla. De uso común en ciertos restaurantes o bistrós franceses, especialmente en París. En la formule o menu turistique suele oficiar de bebida gratis y, por tanto, de aliado incondicional del turista con bajo presupuesto. En los restaurantes con menu turistique suele ser, por lejos, la bebida más popular.

Glühwein
Es el nombre en alemán para el vino caliente especiado. Es particularmente popular en el mundo germánico en época de Navidad. Normalmente se vende al paso en puestos callejeros, especialmente en las ferias y mercados. Alguna gente (ejém, no voy a hacer nombres) lo consume incluso durante la mañana. Hay que reconocer que el Glühwein bien cumple su cometido; calentar a transeúntes mientras andan por la calle con temperaturas que no suben de cero a lo largo de todo el día.

Grúas
Armatostes metálicos de dimensiones siderales utilizados para la construcción / reconstrucción de edificios. En buena parte de Europa no sólo se utilizan en mega obras sino también en construcciones de mediana envergadura. Como resultado de esto y del constante proceso de construcción / reconstrucción / restauración que se vive en las ciudades europeas, están presentes en el cielo de todos los destinos turísticos. Tomar las postales de rigor sin que alguna te la arruine es, sin lugar a dudas, más difícil que encontrarle carisma y simpatía al (¿ex?) Papa Ratzinger.

miércoles, 25 de enero de 2017

Fotos de miércoles

Cerca de Moritzburg. ¡Alerta, cruce de patos! (Nota al pie: todos los autos bajaron su velocidad, nadie tocó bocina y los patos llegaron sanos y salvos al otro lado de la calle) 

lunes, 23 de enero de 2017

Yapa de Bremgarten

Hay que reconocerlo. Bremgarten será un pueblo de ocho mil habitantes, pero no deja de ser pintoresco. Incluso los negocios tratan de ponerle onda y aportan lo suyo.
Claro que a veces puede llegar a parecer demasiado. Incluso para los estándares de Suiza y el mundo germánico. O bueno, por lo menos del mundo germánico que vamos conociendo. A veces hasta te parece que casi estás viendo al equipo de una revista de decoración haciendo de las suyas por la calle. 
Pero no, no realmente. No están ni María de Casa Chaucha ni la producción de una revista de decoración acomodando las cosas. Simplemente está así. Todo puesto y producido para la foto. Como si hubiesen estado esperándonos. Y bueno, ya que se tomaron la molestia, no la vamos a desaprovechar.

sábado, 21 de enero de 2017

Ni el tiro del final

Última clase de mi curso de alemán. Hacía una semana que veníamos hablando acerca de qué íbamos a hacer. Finalmente optamos por no innovar y repetir el esquema típico para estas situaciones. Cada quien iba a llevar algo para comer y/o beber. En lo posible, algo típico de su país. Y si no, bueno, algo para comer y ya.

Obviamente terminó pasando lo que ocurre en este tipo de situaciones. Todos llevamos una cantidad delirante de comida como para que todos/as y cada uno/a pudiera almorzar quince veces.

Y para que nadie se sintiera discriminado/a hubo que hacer un esfuerzo para probar de todo: humus y baba ganoush que llevó uno de los chicos de Siria, arroz-con-lentejas-fideos-y-humus-todo-junto que llevó el egipcio, papas con huevos y una salsa picantona que llevó nuestra compañera de Perú, garrapiñadas de maní, almendra y semillas de girasol, sushi, frutas, quesos y hasta un mondongo al estilo chino. Claro que cuando le preguntaron a la cocinar qué era eso, lo único que atinó a decir fue “Rinderbauch” (estómago de vaca). ¿Kinderbauch? (estómago de niño) le preguntó su interlocutor con una cara de ligera sorpresa.  Rinderbauch, repitió, tratando de reforzar la R inicial. Creo que debe ser lo más picante que he comido acá en Alemania, al punto de haber tenido que dejar mi plato a un costado e ido a buscar urgentemente agua. Seguramente alguno/a se sentirá feliz de que finalmente me hayan dado de mi propia medicina. Puedo asegurar que jamás en la vida cociné algo tan picante como eso. Ni por asomo.

Siguiendo nuestra jornada aproveché que había llevado la compu para poner algo de música de Argentina y Latinoamérica y mostrar algunas fotos de Argentina mientras explicaba cómo funciona el misterioso mundo del mate.

En eso llega Ella. No, no Ella Fitzgerald. Ella, la portuguesa. La ex señora de la cartera fucsia. Como siempre, entró sin saludar, fue al lugar dónde habitualmente se sienta, abrió su cuaderno e hizo lo que haría un día normal. Miró al pizarrón, frunció el ceño, copió y buscó palabras en el diccionario. Claro que el vocabulario que había en la pizarra eran las palabras referidas al mate que yo había utilizado.

Cuando terminé se hizo un silencio. La portuguesa miró en todas direcciones esperando que algo o alguien explicara qué estaba pasando. ¿No clase hoy? Le preguntó finalmente a nuestra profesora. (Suspiros y sonrisas). Como hoy era nuestro último día de clases DECIDIMOS hacer algo diferente, con cosas típicas de cada país. Hace diez días que venimos hablando de estoAh, no clases entonces. (Suspiro, nuestra profesora pone cara de hacer yoga y luego sonríe) No, supongo que no de la forma tradicional. La portuguesa se tomó cinco segundos para procesar la información y mirar a su alrededor. Luego agregó: ah, ok. Bueno, entonces me voy. Trabajo. Estudiar...

Y así salió la portuguesa, entre las mismas miradas atónitas que la recibieron cuando entró sin saludar ni decir nada al principio del curso. Para no ser menos, claro está, también se fue sin despedirse.  

jueves, 19 de enero de 2017

Zürich, la revancha

Hace ya tantísimo tiempo (¡un año ya!) tuvimos nuestro primer encuentro con Zürich, la capital bancaria de Suiza y mayor ciudad del país (Para más información podés leer Zürich). Claro que aquello ocurrió en un invierno neblinoso y frío muy diferente al clima de mi visita veraniega.
Hay que reconocerlo, con solcito, calor, ¡más horas de luz! y buen clima, la ciudad da una imagen bastante diferente. ¡Para mejor! Ni hablar de las bondades provistas por la falta de neblina.
Y entre las bondades de salir a patear bien temprano por la ciudad hay que destacar que con menos gente por las calles, las fotos siempre salen mejor. Mmmm... ¿me estaré volviendo fóbico?

miércoles, 18 de enero de 2017

Fotos de miércoles

Las afueras de Zürich, uno de los lugares más inesperados para encontrarse una falsa pagoda donde funcionan un restaurante chino y un centro de masajes orientales.

lunes, 16 de enero de 2017

Cantón de Aargau: Bremgarten

Si  vas a Bremgarten por el camino tradicional te parece que estás llegando a una suerte de ciudad medieval en pleno apogeo. Con su puente que se alza sobre el río que la envuelve y las torres que se asoman por detrás de los edificios defensivos, parece casi una gloria de otra época. Pues bien, las apariencias engañan. Al menos en parte. De ciudad, poco y nada. Bremgarten a duras penas llega a los 8000 habitantes, o sea que El Bolsón tiene cerca del triple.
Claro que hay otra parte que es real. La facha de bastión medieval no es gratuita. Oficialmente el pueblo fue fundado en el año 1230 y en 1258 recibió derechos de ciudad del señor feudal local, Rodolfo de Habsburgo.
En 1415 pasó de manos cuando la vieja Confederación suiza, con los señores de Berna a la cabeza se la arrebataron a los Habsburgo, que ocupados como estaban en consolidar sus posiciones en Austria perdieron buena parte de las que tenían en Suiza, que era su lugar de origen.
Como en buena parte de Suiza hay una larga serie de idas y vueltas religiosas. Que los católicos, que más tarde los protestantes… que luego volvieron los católicos y echaron a los protestantes y que más tarde  protestantes reconquistaron la zona… En religión como en cuestiones de acentos, en Suiza, cada valle es un mundo y cada río puede ser una frontera religiosa.

sábado, 14 de enero de 2017

Encuentre las siete diferencias: Las vacaciones

Número uno. Duración.
Dependiendo del trabajo, las vacaciones suelen tener una duración mínima de tres o cuatro semanas anuales, a tomarse en cualquier momento. Y no son pocos los trabajos en los que además existe el adicional entre Navidad y Año Nuevo, que no se trabaja y no se computa como vacaciones.  (Especialmente en ámbitos educativos y de investigación). Claro que no se llega a las cinco semanas de Suiza pero, definitivamente, no está nada mal.

Número dos. Cantidad
Las escuelas tienen vacaciones de verano, de invierno, de otoño, de primavera… Claro que las de verano son más cortas que las nuestras. Al final, los días de vacaciones escolares son, más o menos, los mismos, sólo que más repartidos. Como consecuencia de esto y de que las vacaciones laborales no necesitan tomarse  todas juntas, mucha gente se va tomando de a semanas. En general son pocos los que se toman tres semanas juntas. Lo más probable es que se tomen 5 días en primavera para ir a algún lugar, una o dos semanas en verano para ir a la playa, quizás una semana en invierno para ir a esquiar o escaparse al Mediterráneo. Al final, la idea de las vacaciones de verano como el único momento del año en que mando todo al cuerno me relajo en la playa (o la montaña) no existe.

Número tres. Estacionalidad
Especialmente para quienes no tienen hijos o los tienen ya mayorcitos, no existe tal cosa como la época de vacaciones. Se te ocurre irte en medio de marzo a algún lugar, adelante. Querés quedarte en agosto (el equivalente de enero) en la ciudad y viajar un poco en junio y otro tanto en noviembre, ningún problema. Claro que eso no quita que las ciuddes de playa no estallen en verano y los centros de esquí en invierno, pero la cosa suele estar mucho más repartida.

Número cuatro. Destinos
Hay destinos clásicos. En verano suelen ser de playa (España, Italia, Grecia o Turquía) pero también los hay para amantes del trekking (los Alpes, por ejemplo), los fanáticos de las rutas en bicicleta, los que prefieren visitar ciudades y los que andan tras los pasos de alguna ruta en especial (la ruta sajona del vino, el camino romántico, la ruta de los cuentos de hadas, la ruta de los castillos del Loira, lo que sea…) En fin, vuelos baratos mediante, cualquier destino puede calificar para cualquier tipo de vacciones en cualquier momento del año. Si en invierno te gusta esquiar, te vas a la montaña, si no te gusta el frío te podés hacer una escapada al sur –que es como se refieren los alemanes al mundo mediterráneo conformado por Portugal, España, Italia y Grecia… normalmente entre suspiros y cierto aire nostálgico-.

Número cinco. Agencias de viaje
Hay muchas, muchísimas. Algunas super especializadas: viajes a América latina / el mediterráneo oriental / el sudeste asiático… También los supermercado ofrecen sus viajes, normalmente a precios bastante convenientes. Tienen su revistita de viaje que te podés llevar para mirar y luego contactar por mail o teléfono. Las agencias son especialmente populares –aunque no sólo ni siempre- con la gente más grande que no tiene ganas, tiempo o idea para lidiar con hoteles y compañías aéreas. Y como mucha gente viaja-viaja más que irse una quincena a la playa, se usan más frecuentemente también.

Número seis. El departamento de San Bernardo.
Es raro que las familias tengan un lugar propio al que irse de vacaciones. Sí, ya sé, no es que en Argentina todo el mundo tenga una casa en la playa, pero ciertamente la práctica existe. Bueno, en Alemania no mucho. Ya de por sí es raro que sean propietarios de la casa en la que viven, más aun que tengan una casa en la playa. Y como no se usa esto de tener hábitos fijos de veraneo, no es frecuente irse al mismo lugar todos los años. Si no es común con los/as mayores, menos que menos con los/as más jóvenes.

Número siete. Quedarse en casa.
Viajar implica, obviamente, dinero. No es ninguna novedad. Incluso con vuelos de bajo costo, tarjetas de descuento de trenes, couch-surfing y lo que fuera, no es barato. Así las cosas tampoco es extraño que mucha gente se tome una semana de sus vacaciones para quedarse en casa.  A veces puede ser para aprovechar y hacer todas esas cosas que siempre posponés (limpiar el cuartito de los chirimbolos, hacer la huerta, pintar la casa). Otras puede ser para visitar los lugares turísticos de la región en la que vivís y a los que nunca vas...

jueves, 12 de enero de 2017

Tarde de verano en Moritzburg

Mientras fuera la nieve sigue acumulada y el pronóstico amenaza con los -10 grados que (se supone) tendremos este fin de semana, no puedo creer que el clima de Sajonia fuera alguna vez como el que se ve en las fotos de esa (ahora lejana) tarde de verano en que volvimos a Moritzburg (¿A dónde?Para más información podés leer Moritzburg).
 
Muy cerquita del Palacio de Moritzburg se encuentra el Fassanenschloss, conocido por, básicamente, dos datos anecdóticos. 
Por un lado se trata del castillo real más pequeño de Sajonia (en realidad es un anexo de Moritzburg) y por el otro, en su parque se encuentra el único faro del estado. ¿Para qué necesita un faro una región dónde no hay acceso al mar? Eso es otra historia. La cuestión es que es el único.
Habrá que dedicarse a disfrutar del invierno -como se pueda- y añorar el verano. Tarde o temprano tendrá que volver.

miércoles, 11 de enero de 2017

Foto de miércoles

París. Shakespeare and Company. La librería de textos en inglés con más onda del Barrio Latino.